Adenoidectomía

CLÍNICA BARONA Y ASOCIADOS

Llamamos adenoidectomía a la técnica quirúrgica que tiene como finalidad la extirpación del tejido adenoideo –es decir, las vegetaciones– que ocupa la rinofaringe, área situada tras el paladar, en la parte posterior de las fosas nasales.

En la infancia es un recurso del sistema inmunitario para protegerse contra gérmenes que entran por los orificios nasales y la boca. Es decir, si no existe hipertrofia en las adenoides, puede ser algo normal. Cuando son adolescentes, este problema suele desaparecer ya que se desarrollan otros mecanismos de defensa.

De hecho, a partir de los cinco años los tejidos van disminuyendo progresivamente. Pero hay muchos niños que presentan un crecimiento desmesurado y existe riesgo de problemas importantes. Ciertos casos en los que sí será necesario aplicar un procedimiento quirúrgico que describimos en estas líneas.

Cirugía adenoidectomía

Síntomas de adenoides con hipertrofia

Cuando las adenoides se inflaman demasiado y aparecen las vegetaciones, los síntomas que se muestran pueden ser un cúmulo de los siguientes.

Dependiendo del grado, puede tratarse de algo normal, pero si se desarrolla en exceso, es decir en los casos de hipertrofia de gran magnitud, da lugar a una ocupación de la rinofaringe, originando graves problemas como la obstrucción nasal, síndrome de apnea del sueño, infecciones repetidas (adenoiditis), infecciones del oído medio, el derrame crónico de moco en el oído medio, diversos problemas en las vías respiratorias bajas, como bronquitis, asma, etc.

En la mayoría de los casos, las dificultades para respirar por la nariz son muy evidentes, hasta estar obligados a respirar a través de la boca, con los problemas que puede conllevar eso (boca seca y mayor dolor de garganta).

Pueden darse señales como la aparición de mal aliento y la típica forma de habla nasal. Respecto a las fases del sueño, es habitual que aparezca apnea obstructiva del sueño, que es esa pequeña fase del sueño que se ve interrumpido durante unos segundos. En este sentido, otro de los síntomas de adenoides hipertróficas son los ronquidos, fruto de ese sueño poco fluido.

Esta afección también suele conllevar infecciones en los senos nasales, incluso con riesgo de sinusitis crónica. También infecciones de oído, pudiendo aparecer pérdida auditiva.

Adenoidectomía: procedimientos quirúrgicos

¿Qué se debe hacer antes, durante y después de la operación? Es una de las intervenciones más frecuentemente realizadas en los niños. La intervención se efectúa a través de la boca, bajo anestesia general, y consiste en legrar, es decir raspar, con un instrumento especial llamado adenótomo, las vegetaciones adenoideas.

Tras la intervención, queda una superficie sangrante que tiende a coagularse espontáneamente si la capacidad de coagulación de la sangre es normal. La frecuencia de la hemorragia aumenta con la administración de ácido acetilsalicílico o derivados de éste y el ibuprofeno, en los 10 días previos y posteriores a la intervención.

Es frecuente que inmediatamente después de la intervención quirúrgica pueda aparecer, por la nariz o la boca, una pequeña cantidad de sangre que tiñe la saliva o el moco, por lo que es aconsejable sonarse la nariz, sin violencia, para expulsar dichas secreciones que, incluso, pueden contener pequeños coágulos de sangre. También pueden aparecer vómitos de color oscuro que, durante las primeras horas tras la intervención, se consideran normales y que están en relación con la pequeña cantidad de sangre deglutida durante la operación, por lo que no precisan tratamiento.

¿Para qué sirven las amígdalas y las adenoides?

Las amígdalas y adenoides (o vegetaciones) son masa de tejido que se parecen a los ganglios linfáticos. Las amígdalas son las dos masas que se visualizan al abrir la boca en la parte posterolateral de la garganta; las vegetaciones se encuentran en la parte superior de la faringe, detrás de la nariz y no se ven por la boca sin instrumentos especiales.

Funcionan como parte del sistema inmunológico del cuerpo y ayudan a desarrollar los anticuerpos contra los gérmenes, esta función se realiza durante los primeros años de vida, volviéndose menos importante a medida que el niño crece. Los niños operados de amígdalas y vegetaciones no sufren ninguna disminución de la inmunidad.

¿Cuándo debo consultar al ORL?

Los pacientes acuden a la consulta por presentar:

  • Insuficiencia respiratoria nasal, permanente o nocturna con respiración ruidosa o ronquidos y respiración con boca entreabierta.
  • Rinitis de repetición con abundante mucosidad que pueden complicarse con otitis o bronquitis
  • Tos de predominio nocturno.
  • Amigdalitis de repetición (3-5 brotes anuales en el niño y 1-2 en el adulto más de 3 años).
  • Hipertrofia amigdalar notable que crea problemas de respiración incluso apneas del sueño o problemas para deglutir.
  • También en abscesos alrededor de las amígdalas y las infecciones de las cavidades dentro de las amígdalas que producen material cremoso y maloliente.

¿Cómo se tratan las enfermedades de las amígdalas y adenoides?

En primer lugar, se tratan las infecciones (especialmente las causadas por estreptococo) con antibióticos y también se prescriben fármacos sintomáticos; pero en algunos casos se recomienda la extirpación de las amígdalas y/o vegetaciones, las 2 principales razones son:

  • Las infecciones repetidas a pesar de la terapia de antibióticos.
  • Los problemas con la respiración debidos a las amígdalas o vegetaciones muy grandes. Tal obstrucción respiratoria produce el ronquido y el sueño alterado que pueden producir somnolencia diurna o alteración en el carácter.

Las infecciones crónicas y las vegetaciones pueden afectar a la trompa de Eustaquio que comunica la parte posterior de la nariz con el oído medio, lo que provoca otitis y posible pérdida de audición, la adenoidectomía puede ser un tratamiento para las otitis de repetición.

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