Hipoacusia Infantil
CLÍNICA BARONA Y ASOCIADOS
Tener una audición normal en la infancia es imprescindible para un correcto desarrollo del lenguaje, desarrollo intelectual e interacción social adecuada.
Es imprescindible realizar un diagnóstico lo más precoz posible, aun en etapas en las que esta pérdida auditiva es invisible. Este es el principal reto, diagnosticar el problema antes de que se manifieste.
¿Repercusión/consecuencias de la hipoacusia?
La repercusión de la hipoacusia es diferente según varios factores:
- El momento de aparición
- El grado de pérdida auditiva
- La duración (permanente o pasajera)
- La afectación uni/bilateral
Si la pérdida auditiva es severa, de ambos oídos y aparece antes de la adquisición del lenguaje (prelocutiva), en el período desde el nacimiento hasta los 2-3 años de vida, no va a permitir el desarrollo del habla. Se trata de un período en el que puede pasar desapercibida, y el primer signo de alarma puede ser que el niño no desarrolla lenguaje. Un niño que no oye no puede hablar. Por otro lado la alteración en el comportamiento que conlleva la sordera severa hace que puedan simular trastornos del espectro autista, por lo que siempre hay que hacer valoración de la audición ante sospecha de estas alteraciones.
Si la hipoacusia o sordera aparece después del desarrollo del lenguaje (postlocutiva), las consecuencias son menores y su detección es más sencilla, ya que muchas veces son los mismos niños, sus padres o los profesores quienes nos lo comunican. Hay que descartarla ante problemas de pronunciación y problemas escolares y de aprendizaje.
¿Cuáles son las causas de la hipoacusia en la infancia?
La causa más frecuente de hipoacusia RECIÉN NACIDOS es genética, aunque no haya ningún familiar cercano que la padezca, puede haberse transmitido de generaciones anteriores. En segundo lugar algunas infecciones durante el embarazo como Citomegalovirus pueden provocar sordera en el recién nacido incluso desarrollarse de forma diferida durante la edad pediátrica.
En los PRIMEROS AÑOS DE VIDA la causa más frecuente son las otitis medias, procesos inflamatorios o infecciosos que conllevan que el oído medio se llene de secreción y dificulte la audición. Se asocian a procesos catarrales, alérgicos y alteraciones en la anatomía. Estos procesos son pasajeros pero hay que diagnosticarlos y tratarlos.
Cuando hay infección (otitis media aguda), se manifiesta con dolor, supuración, fiebre y suele asociar infección de vías respiratorias.
Si no hay infección (otitis medias serosas) pero el oído está ocupado por secreción o moco la forma de manifestarse en muy variada, desde sólo una pérdida auditiva leve hasta picos de fiebre, llanto nocturno, alteración en el comportamiento, el niño está incómodo y no sabe identificar el motivo.
¿Cómo se detecta?
Existe un programa de detección precoz de la hipoacusia, antes del alta hospitalaria de la madre realiza una prueba de audición a todos los recién nacidos y se realiza un seguimiento de aquellos niños que podrían desarrollar un problema de audición posterior: cuando hay antecedentes en la familia o infección en el embarazo por citomegalovirus.
Si durante la infancia se van produciendo circunstancias como traumatismos cráneo-encefálicos, meningitis, retraso en el habla o la simple sospecha de que el niño no oiga bien debe realizarse nuevamente evaluación de la audición.
Pruebas
La prueba reina para medir la audición es la audiometría. Es la prueba que más información nos aporta. El problema es que se necesita colaboración para realizarla, por lo que los estudios para valorar la audición dependerá de la edad del niño y si sabe realizar una audiometría y es capaz de contestar de forma fiable. Si no sabe realizarla utilizaremos pruebas que no necesitan su colaboración.
En niños recién nacidos y hasta que hagan una audiometría fiable podemos realizar Otoemisiones (OEA) y potenciales evocados (PEATC), junto con pruebas observacionales.
Sobre los 3 años ya son capaces de hacer audiometrías adaptadas a edades infantiles con juego, incluso a edades más tempranas con un entrenamiento también podemos conseguir audiogramas por reflejo condicionado, muy laborioso pero que aportan mucha información.
Para conocer la etiología de las hipoacusias es necesario hacer una exploración visual del oído y así detectamos la existencia de otitis medias o malformaciones del oído externo.
Las pruebas de imagen TAC y Resonancia Magnética nos ayudan a encontrar malformaciones en el oído medio, oído interno o alteraciones en el nervio auditivo.
Los estudios genéticos localizan mutaciones genéticas responsables de muchas hipoacusias.
Tratamiento
El tratamiento depende de la causa, del momento del diagnóstico y de su repercusión.
Si el origen es una otitis media el tratamiento es tratamiento médico y si no se corrige existe tratamiento quirúgico (drenajes transtimpánicos).
Si la pérdida es leve o moderada y no corresponde a procesos pasajeros, el tratamiento puede ser la amplificación con prótesis auditiva.
Si la pérdida es severa es posible que el tratamiento sea la realización de un implante coclear tras un período de estimulación con audífonos.
La hipoacusia debe ser diagnosticada con precocidad ya que afortunadamente existen tratamientos efectivos PARA TODOS LO CASOS, que van a evitar el desarrollo de secuelas.
Es imprescindible detectar las alteraciones de la audición de forma PRECOZ ya que existen medios para hacerlo, y disponemos de tratamientos cuyo resultado está ligado a la temprana intervención.
Ante cualquier sospecha o duda sobre la audición de un niño hay que consultar con un especialista.