Problemas de voz y audición en niños por el uso de las mascarillas

CLÍNICA BARONA Y ASOCIADOS

El uso actual de mascarillas en la población infantil aporta sin duda grandes ventajas, no solo frente a la infección por coronavirus sino también frente a la propagación de otro tipo de infecciones, ya sean víricas o bacterianas. En estos meses, los especialistas de garganta nariz y oído hemos visto como ha disminuido muchas de las enfermedades infecciosas que tratamos con frecuencia como otitis, faringitis, amigdalitis o sinusitis, entre otras.

Esto es debido sin duda al uso de mascarillas y al aumento de las distancia social. Pero no son todo ventajas. El uso de mascarillas pueden aumentar algunas de las enfermedades que se dan en la población infantil; en este artículo nos referimos en concreto a dos de ellas: los problemas derivados del uso forzado de la voz y los problemas de audición por el uso de las mascarillas.

Por qué el uso de mascarillas provoca problemas de voz en los niños

Una de las patologías más frecuentes en el niño, sobre todo en la población entre 4 y 10 años, son los nódulos vocales. Es una lesión benigna de las cuerdas vocales, son como unos «callitos» que se forman en estas por el uso forzado de la voz.

El uso de las mascarillas de forma más o menos continuada facilitan esta patología, ya que atenúan la fuerza con que se proyecta la voz al absorber parte de la onda sonora, lo que provoca que la persona que las usa, sea adulto o niño, tenga que forzar más la voz.

Al forzar la voz, tensamos más las cuerdas vocales y hacemos que rocen una con otra; además, se hacen menos pausas respiratorias y más breves, de forma que la garganta se reseca, con lo que las cuerdas vocales se hidratan menos y rozan más. Este roce continuo es lo que da lugar a los nódulos vocales. En resumen, las mascarillas favorecen la aparición de los nódulos vocales por tres razones:

  • Atenuación de la voz que da lugar a una mayor tensión de las cuerdas vocales
  • Menor número de pausas
  • Mayor sequedad

En el niño, 3 de cada 4 disfonías son consecuencia de nódulos vocales y, aunque más del 50% evolucionan hacia la curación, si no se orienta el problema adecuadamente un porcentaje importante puede quedar disfónico.

Una vez realizada una breve historia clínica, el diagnóstico será siempre visual mediante una laringoscopia o fibrolaringoscopia (no puede realizarse de otra forma). Una vez diagnosticado, el mejor tratamiento será la higiene vocal: explicarle que debe hacer pausas al hablar, hidratarse adecuadamente…

Es inútil prohibir los gritos o impedir actividades en las que el niño alza la voz (por ejemplo en un partido de fútbol), es mejor ver las cosas en positivo: explicarle que si habla despacio se le entiende mejor y que su voz irá poco a poco mejorando y sonando mejor.

Si con estos consejos no mejora, será necesario acudir a un logopeda para que comience una reeducación vocal. El tratamiento quirúrgico, microcirugía laríngea, no suele estar indicado en estos casos y es poco útil si no se ha conseguido modificar el comportamiento vocal.

Consecuencias del uso de mascarillas a nivel auditivo

Otra de las patologías que puede ser influenciada por el uso de mascarillas es el retraso en el diagnóstico de la otitis media secretora o serosa. La otitis media serosa es la causa más frecuente de pérdida auditiva en el niño. Es consecuencia de una colección de moco o líquido seroso en el oído medio, con integridad del tímpano, pérdida de audición y ausencia de dolor. Es provocada por la obstrucción de la trompa de Eustaquio y, frecuentemente, pasa inadvertida porque no duele.

El uso de mascarillas, unido a la distancia de seguridad que se impone, dificulta más la audición para el niño que sufre otitis serosa. Es necesario realizar un diagnóstico precoz, mediante la realización de audiometría infantil, que evite la aparición de secuelas. El niño que no oye bien no puede aprender correctamente, máxime en los años en los que la plasticidad neuronal del niño es máxima.

La otorrinolaringología, como hemos oído y repetido muchas veces, es una especialidad visual, por lo que es muy difícil, si no imposible, realizar el diagnóstico por teléfono. No podemos decir que un niño sufre disfonía por nódulos vocales sin verlo o sin hacer una laringoscopia o fibrolaringoscopia (podría tener otra patología de las cuerdas vocales). Tampoco podemos decir si un niño oye bien tan solo hablando con los padres, puede ser distraído o puede tener una pérdida de audición más o menos incipiente que no sabremos a ciencia cierta sin explorar el oído y hacer una audiometría infantil.

Sin duda la primera visita debe ser presencial con la visualización y exploración adecuada de las posibles lesiones o patologías. Una vez realizada esta primera visita, los posteriores controles pueden ser telefónicos, o alternar los telefónicos y presenciales, pero no es posible comenzar un tratamiento de una de estas patología sin visualizarlas y solo por vía telefónica.

Aunque a veces algunas personas tienen en el momento actual, cierto respeto a acudir a un hospital, pensemos cuantos brotes han tenido su origen en un centro médico. Lo más importante es protegerse bien y seguir las recomendaciones indicadas y no olvidar que lo que puede ser grave es retrasar el diagnóstico.

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